sábado, 6 de noviembre de 2010

Corpus Yinter



Aferróse a la aventura de sobrevivir;
haciendo una vista panorámica,
decidió que era un buen momento.
Cerró sus ojos y agudizó los sentidos,
aguardando el momento de su desplome.

Sus alas desgarradas se consumían
en el choque contra la furia de Eolo;
sin embargo, persistían en él,
el demencial ánimo, y la sarcástica sonrisa.
Había saciado su anhelo de volar,
pero no su sed de vuelo.

Confirmó sin arrepentimientos la precoz decisión;
priorizar el llegar al cielo,
pese a sus alas de papel;
preparóse para la caída,
y lucitó tras su prosa
la más inesperada vivencia, en los vestigios
de su descuidada croquera…

Inmortalizó su travesía; cuál “Ícara” aventura,
con el simple afán de prolongar su vida
hasta el infinito;
recuerdos plasmados,
inmunes al trote de Cronos.

Cuando hallé el cuerpo,
me percaté de su ególatra decisión.
Pacientemente reuní los desperdigados trozos de papel;
zurciendo entre los nexos, hasta completar
el último de sus rompecabezas;
su mustia ilusión; su historia alada,
su gran final.

G S 25/06/10